Una bailarina exótica está sentada al lado de un hombre con un vestido rojo.
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Conoce Tu Costo De Oportunidad Como Bailarina Exotica Table Dance

Mi amiga Elena creyó y había comprado la propuesta quele hizo su cliente del table dance en el que trabajaba como bailarina exótica . Grave error. Y no por comprar la propuesta que constaba en darle un empleo en su constructora como recepcionista por un sueldo y horario fijo, que complementaría su ingreso como teibolera en el club de bailarinas exóticas, además de rentarle un departamento amueblado, y de darle un auto usado que ella debería pagar, sino por creer que la propuesta era estrictamente laboral y de un “amigo” que quería simplemente ayudarla.

A Elena éste cliente la conoció en el teibol. Después de algunos días de ir a verla y disfrutar ese par de grandes atractivos que ella tenía durante unos bailes, la invitó a una fiesta en compañía de otras bailarinas y amigos. Terminaron los dos en privado y negociando por sus atenciones y encantos. ¿Bien o mal negociado? Eso en este momento no es lo trascendente ya que esa “salida” fue un acuerdo de negocios, y en los negocios a veces se gana y a veces se pierde, siempre en función al costo de oportunidad.

No. Lo trascendente en este caso fue que a Elena la conoció en su trabajo en el table dance y que el siguiente paso fue conocerla mejor, más en privado digamos; si a partir de esto Elena hubiera manejado bien sus fichas habría mantenido tal vez una conveniente relación de negocios cliente-proveedor; pero Elena se creyó que a partir de ese antecedente ahora si su cliente ya no sería un cliente sino un amigo, y por lo tanto la “tentadora” oferta que le hizo correría estrictamente en el plano laboral y de amistad.

El riesgo del autoengaño en el ambiente table dance siempre traiciona al costo de oportunidad

– Es que ya se lo puse en claro ahora que me invitó a comer al mejor restaurante de carnes de la ciudad. Será exclusivamente una relación de trabajo sin ningún tipo de intimidad – me dijo un fin de semana que se quedó conmigo.

– Elena ¿Te das cuenta de que ese cliente sólo quiere tener una amante dispuesta? – le respondí yo.

– No. El sólo quiere ayudarme sin ninguna otra intención- insistió Elena.

Nunca he comprendido cómo es que las teiboleras, bailarinas exóticas y strippers, que se supone que deben ser unas profesionales en el arte de la seducción, manipulación y control, pueden ser a menudo tan ingenuas.

– Vamos. Este “amigo” te conoció en la cama y le cobraste, ¿no? ¿Ahora piensas que él te está ofreciendo trabajo como recepcionista en su empresa con flexibilidad de horarios, rentarte un departamento amueblado, y darte crédito por un coche, simplemente por que te quiere ayudar?- le pregunté.

– Sí.- me dijo. Le costaba mucho ver la realidad.

– Mira Elena, la discusión no es si está bien o mal que hagas ese servicio con algunos clientes. Esas son decisiones estrictamente personales, pero deben ser decisiones profesionales. Tampoco lo es que aceptes o no la oferta que él te está haciendo. Ni que sea buena o que sea mala. El verdadero problema es que tú te estás engañando con el tema de la “amistad” y que no tienes en claro lo que es tu “costo de oportunidad”– le dije yo.

– Entonces ¿no es tal la amistad?- me preguntó.

– Desde luego que no. Respóndeme una cosa Elena y no te engañes. ¿Al ofrecerte el trabajo, él te entrevistó en sus oficinas en lugar de un restaurante de lujo en donde pudo exhibirte luciendo ese par de tentaciones que tienes a través de ese enorme escote que acostumbras usar; te cuestionó sobre tus habilidades en computación, en mecanografía, en manejo de agenda, etc. en lugar de ofrecerte su ayuda después de estar con él aquel día? – le pregunté.

– No. Nada de eso – me dijo.

– Ok. ¿Tu piensas que es lo común que a alguien que no esta claramente calificada para un trabajo le ofrezcan además un departamento y un automóvil?- le pregunté.

– No. No he sabido que a nadie se lo ofrecieran- me dijo un tanto entristecida. Estaba empezando a comprender.

– Desde luego que no Elena. El tipo te está ofreciendo eso por que te quiere a su disposición en la cama al menor costo posible, y no precisamente como recepcionista dentro de la oficina. Esto es sólo una manera discreta de pedirte que seas su amante. Yo veo dos problemas con eso. – le dije.

– ¿Cuáles son Ugo?- Ahora deseaba tener más claras las cosas.

– La primera es que para plantearte un negocio que es sexo a cambio de dinero, él te esta intentando engañar, y eso nunca es un buen comienzo porque está intentando manipularte y jugar con tu necesidad de creer. La segunda es la que te mencionaba: no tienes en claro tu “costo de oportunidad” – le expliqué.

– Ok. Ahora ya veo clara la primera. El me esta vendiendo la idea de que es una ayuda desinteresada sin nada a cambio más que mi trabajo de recepcionista. ¿Pero que es exactamente el costo de oportunidad Ugo?- me preguntó ahora verdaderamente interesada en comprender el concepto.

– Bien Elena, el costo de oportunidad es lo que éstas dejando de ganar al tomar una decisión. En éste caso tu debes calcular cuanto vas a obtener por estar a la disposición de ese cliente, quien por cierto no es tu amigo ni tampoco lo será, y definir cuánto dejarás de ganar. A partir de allí debes decidir si te conviene o no tomar su propuesta, de la cual ya conoces su objetivo realmente- le expliqué.

– Veamos. Si él me va a pagar 700 dólares al mes, más la renta del departamento de unos 300 dólares, y además el carro, pues gano 1,000 dólares más el auto- aseveró.

– Eso no es preciso Elena por que tú no necesitas el departamento por que hoy tienes donde vivir y no pagas ninguna renta. Lo necesita él para ahorrarse los hoteles. Y lo del carro no te lo esta dando, te lo esta vendiendo a plazos, y tal vez sea un mecanismo para tenerte atada. Así que en realidad sólo vas a ganar los 700 dólares al mes más una deuda segura- le indiqué.

– De acuerdo. ¿Entonces cuál es mi costo de oportunidad?- me preguntó.

– Veamos Elena. Si tu ganancia va a ser de 700 dólares al mes para estar dispuesta para sus deseos tiempo completo durante el mes, ¿Cuánto podrías ganar siendo mas complaciente con otras personas?- le pregunté.

– Pues mínimo 350 dólares por 3 horas – me dijo.

– Ok. Allí tienes tu costo de oportunidad. Mientras que estar en exclusiva con él 30 días te representa un beneficio de 700 dólares, salir con sólo dos clientes por 3 horas te representa los mismos 700 dólares. Y tienes tu tiempo disponible. Tu costo de oportunidad es dejar de tener tu tiempo disponible ya que otros clientes te ofrecen 350 dólares por mucho menos tiempo. Aceptar la propuesta que él te hace no sólo esta basada en el engaño y la mentira, si no que además es absurdamente cara para ti, y verdaderamente barata para él.- le señalé.

– ¿Qué hago ahora? – me preguntó.

– Bueno, eso depende de lo que tú desees hacer. Tus opciones son dos: a) desechar la propuesta por que tu costo de oportunidad es demasiado alto; y b) renegociar con él un sueldo mucho más alto u otros beneficios que se acerquen a tu costo de oportunidad. Sólo te sugiero que no vuelvas a engañarte con las promesas de “simple amistad” y que siempre tengas en claro tu costo de oportunidad.- le recomendé.

Al final el asunto fue mucho peor, el cliente no sólo quería tener a Elena como recepcionista, disfrutarla en privado y de paso exhibirla en lugares con aquel par de tentaciones que ella tenía, todo por poco dinero, sino además compartirla con algunos amigos suyos. Pero Elena ya conocía mejor cómo manejarse antes de tomar la propuesta e intentó meterlo en la dinámica cliente-proveedor: querían sus servicios, pagarían por ellos. No les gustó el nuevo acuerdo. No hubo trabajo en oficinas. Y…pues tampoco hubo amistad.

Pero tampoco más engaño ni pérdida para Elena.

Ella ya había aprendido que en el ambiente de clubs y table dances, para las bailarinas exóticas o teiboleras, la “amistad” con un cliente es sólo una manera de jugar un juego de seducción y de manipulación, en el que el objetivo de uno es el obtener sexo por poco y el del otro obtener dinero por menos. Y como siempre, gana el que sabe qué juego está realmente jugando y que va un paso por delante.

Recuerda: un amigo nunca va a ser aquel que esta esperando con la boca babeando a que te despojes de la última prenda que te estas quitando al realizar tu trabajo como bailarina stripper o teibolera en el table dance en que trabajas, ni lo es aquel que está esperando o pagando por la ocasión de sentirte y tocarte…por lo menos.


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Ugo Sybaris

¿Por Que Hago Ésto Para Tí?

Porque si te ayudo a tener ÉXITO, entonces es probable que hagamos cosas interesantes juntos para incrementarlo más. Desde el año 2000, he entrenado a cientos de bailarinas exóticas para profesionalizarse y tener carreras exitosas en clubs nocturnos y table dances. Conoce más de mí en éste enlace.

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