El punto de partida jamás eres tú.
Yo sé. Te sabes linda y con buen cuerpo. Incluso te sabes sexual. Pero el problema es que en la industria del entretenimiento adulto, existen decenas o cientos de miles de chicas que ofrecen exactamente lo mismo. Algunas más atractivas y sexuales que tú.
Así que tienes que cambiar el foco de tu atención en tus curvas y tus fotos y videos masturbándote, y concentrarte en los potenciales clientes que podrían comprártelos.
Piensa, ¿por qué razón alguien compraría mis contenidos, especialmente si a un clic de distancia tiene millones de contenidos similares sin pagar ni un centavo?
Aquí es donde miles de chicas fallan. Suponen que por solo anunciar ‘vendo mi contenido en promociones de bajo precio’, van a tener un buen negocio.
Precipitarte es el error. Si los prospectos ni siquiera te conocen, ni saben absolutamente nada de tí, dime una sola razón por la que te comprarían tus fotos y videos.
Yo te ayudo con una de poca duración: el morbo. Pero eso se pierde rápido. Los hombres después de saciar su curiosidad si acaso te compraran alguna vez, inmediatamente van a tenerla por otra mujer desconocida.
Si haces exactamente lo mismo que otras miles de chicas más, entonces no generas lealtad en ellos. Y así no construyes un negocio sólido.
La regla es clara: Si no te conocen, si no les generas un auténtico interés primero, entonces no tienen mayor razón para comprarte a tí tus contenidos, y no a cualquier otra chica más que les despierte el mismo morbo.
Si comienzas a concentrarte en las circunstancias que atraviesan los hombres que pueden ser clientes tuyos potencialmente, entonces serás capaz de engancharlos con el poder de la manipulación y de la persuasión sexual, dándoles exactamente lo que necesitan.
Para eso, yo te voy a enseñar decenas de tácticas, pero ninguna de ellas funciona si no lo pones primero a él —o a ellos en realidad— al centro.
Tienes que engancharlos en el terreno de juego. Y ese terreno es su mente. Así que si aprendes a jugar en ese terreno de juego, entonces vas a poder utilizar el poder de tus atractivos físicos y del sexo para sacarles dinero.
El punto de partida es analizar y definir qué necesidades tienen los hombres que potencialmente pueden ser tus clientes, además de sexo. El sexo es el armamento que vas a utilizar para tomar el control sobre ellos, pero antes necesitas conocer bien a tus prospectos para poderlo conseguir.
Los clientes sólo se van a enganchar si sientes que realmente estás ‘conectando’ con ellos. Y eso, es algo mucho más relevante y profundo que simplemente calentarlos con unas fotos o transmisiones en vivo.